La Realidad Virtual, Aumentada y Mixta pisan fuerte en el mundo del vino. El sector de la enología está cada vez más conectado con las nuevas tendencias del mercado. Cada vez hay más bodegas que apuestan por experiencias de este tipo. Lo hacen para complementar la oferta ante sus clientes o realizar actividades de marketing que puedan atraer nuevos visitantes y consumidores. ¿Quieres saber en qué consisten? Y, lo más importante, ¿cómo puede el sector del vino aprovecharse de sus cualidades?
Realidad virtual aumentada: características y diferencias
La Realidad Virtual y la Realidad Aumentada comparten algunas características, pero entre ellas median diferencias sustanciales. Cada una de estas técnicas puede tener un uso concreto en el sector vinícola.
La Realidad Virtual
La Real Virtual o VR es el tipo de experiencia digital inmersiva según la cual el usuario se sumerge por completo en un universo virtual, ajeno a la realidad física. O sea, que podrá simular una experiencia en un universo paralelo que nada tenga que ver con el real. El instrumento que se usa como puente para introducirse ahí suelen ser unas gafas específicas y unos cascos o auriculares. Dichas gafas han de estar programadas de forma específica para reproducir los entornos generados digitalmente mediante una pantalla que se adapte al ojo humano.
Hoy día hay varios sistemas mainstream que empiezan a adaptar esta tecnología a los smartphone. Entre ellas destacan Oculus Rift y Gear VR. Cuando es así, el propio teléfono actúa a la vez como ordenador (cargando los escenarios virtuales) y como pantalla. Cuando no se usan teléfonos, debe utilizarse para la carga un ordenador aparte.
La Realidad Aumentada
Por su parte, la Realidad Aumentada, también conocida como AR, se distingue de su hermana por ser en la se conjuga con el entorno físico a través de objetos digitales. Es decir, que el usuario que accede a la experiencia es capaz de ver todo lo que tiene a su alrededor, pero el sistema digital que lleve implementado añadirá sobre él objetos, personajes, animaciones o infografías que no se encuentran en la realidad. Esto es algo especialmente útil desde un punto de vista comercial y especulativo. Por ejemplo, puede llegarse a una idea bastante aproximada de cómo quedaría un mueble en un entorno concreto. También es muy utilizada en los videojuegos, hasta el punto de que hay adolescentes que salen a la calle jugando en sus barrios o sus pueblos a través del input que les facilitan sus smartphones (no hay más que recordar la fiebre de Pokemon Go sólo dos veranos atrás).
Al igual que en el caso de la Realidad Virtual, se necesitan objetos específicos como gafas, una pantalla y un sistema de carga. Las Google Glass, por ejemplo, cuentan con unos cristales transparentes que dan la opción al usuario de superponer por encima objetos generados digitalmente. Siempre es necesario, en consecuencia, un ordenador aparte que genere esos grafismos. Dicha CPU puede hallarse integrada en el propio aparato o figurar de forma independiente.
¿Cómo puede beneficiarse el sector del vino de la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada?
Las bodegas se valen cada vez más del llamado enoturismo para conseguir nuevos visitantes. Gracias a herramientas de Realidad Virtual, es posible ofrecer una prueba a los potenciales clientes. Aquellos que estén interesados en recorrer los viñedos de una casa concreta, podrán hacerlo mediante simulación. A través de las gafas, caminarían unos cuantos metros o kilómetros por algunas de las zonas más señeras. El gancho es el mismo que el de un trailer que ofrece a los espectadores de un filme un adelanto que les incite a comprar la entrada.
Las Bodegas Torres, por ejemplo, cuentan con un servicio de RV que ofrece un viaje de más de 1000 kms por el norte de la Península Ibérica. En ese trayecto se recorren algunos de los viñedos más emblemáticos de la zona. Y las Bodegas Ramón Bilbao han sido galardonadas con el primer premio a la Experiencia Innovadora de Turismo Vitivinícola por su trabajo con esta tecnología. No se trata, por tanto, de un desafío del futuro, sino del presente.
Por su parte, la Realidad Aumentada es un instrumento que resulta mucho más útil e interesante in situ. Una vez se esté haciendo el recorrido turístico por las bodegas, se podrán cargar en las gafas diversos elementos, ficheros, escenarios, animaciones y gráficos que complementen la explicación del guía y aporten un plus a la visita.
Estos servicios aportarán un valor diferencial a todas las bodegas que apuesten por ellos. Son, además, económicos (más de lo que parecen), y, por encima de cualquier otra consideración, rentables. En La Escalera de Color llevamos años realizando trabajos de Realidad Virtual con la máxima excelencia. ¡Contáctanos!